En Juliaca esta la Plata

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La calle está dura, no importa la adversidad, a veces se gana o se pierde, son misterios del comercio. La mayoría se han formado en la escuela de la vida, aprendieron de tácticas de intercambio. Gran parte de los comerciantes no recibieron educación elemental. Se inspiraron en el trueque andino, en la sabiduría de calcular pesos y valores para intercambiar granos de quinua y cañahua, papas y chuño por sal y azúcar y frutas de los valles, por citar algunos productos de intercambio en las plazas de las comunidades.

El movimiento financiero de Juliaca, no es analizado y considerado como corresponde a una zona de crecimiento autogestionario que, multiplica sus proyecciones al sur del Perú. Con iniciativas e inteligencia de sus protagonistas los comerciantes, tienen público cautivo que se moviliza desde regiones vecinas más el mercado local. La tarea es infatigable, sin pausa comprar y vender, es su ADN. Movilizan mercancías, se abastecen y calculan sus ganancias. También han incursionado en el rubro de la producción, en forma individual, en micro y pequeñas empresas, y cooperativas, demostrando que, con materia prima, pueden competir de igual a igual con la producción nacional.

Su labor es auto formativa en la experiencia del día, suman, restan, hacen cálculos de costos, llevan con inteligencia sus márgenes de ganancias, tienen disciplina para controlar su capital. Desconocen nociones de manejo financiero, sistemas de marketing, pero van adelante, ganan dinero, capitalizan y crecen. Es necesario destacar que laboran en la informalidad, no les queda otra vía, los requisitos formales lo desaniman porque no están adecuados a su naturaleza social y cultural. Las leyes verticales, sin conocimiento de la realidad social y económica de cada zona del Perú, les dejan sin posibilidades. Han aprendido a salir adelante con orgullo y dignidad con su fuerza laboral autosuficiente. Madrugan antes que cante el gallo, laboran de día y de noche luchando por ganarse unos soles y capitalizar su negocio.

Su febril actividad, marcha en desorden, crítica habitual de caos de, visitantes y del público local. Sin embargo, la anarquía y el barullo caminan por cuerdas separadas, por alguna magia desconocida, no colisiona, se respetan y cada quien en lo suyo atiende a sus actividades, movilizan ventas minoristas y mayoristas en calles y centros de acopio. Los juliaqueños han nacido para comerciar. Si, en Juliaca está la plata, la real y la del primero de agosto las monedas de piedra, han establecido un gran centro de ventas en el sur del país.

Atraídos por este movimiento voluntarista que obtiene resultados, entidades bancarias, filiales de entidades financieras, cooperativas, tienen sus oficinas en una ciudad de clima hostil sobre los tres mil ochocientos metros sobre el nivel del mar, en el ande sureño. Se han instalado igual, entidades internacionales de primer nivel e inversores. No es ninguna novedad que lo resaltemos, es el movimiento creciente que en menos de dos décadas ha logrado un movimiento emergente.

Este panorama lo visualizamos en la construcción de modernos edificios su expansión urbana incontenible. El precio metro cuadro de terreno se ha multiplicado, los alquileres de locales comerciales tienen gran demanda han elevado la cotización de los bienes raíces. La evolución de Juliaca es sorprendente, y para reseñarlo, carecen de labores estadísticas para conocer la dimensión del poder financiero que se aprecia en signos de riqueza a la vista.

Reiterando que en Juliaca está la plata, ya están en promoción y venta los carros eléctricos, hay varios prototipos de vehículos de transporte de mercancía en base a motorizados de motocicletas, incluyendo un modelo combi. Otras muestras de imaginación van con equipamiento para personas discapacitadas. Para adicionar al despliegue de la ciudad de los vientos, ya dispone de la inteligencia artificial con Fabian y la criptomoneda IntiKota, cuya puesta en marcha, adiciona el impresionante crecimiento de Juliaca.

Escribe.: Lic. Miguel Ruelas Cutimbo.